Tana! - seguía mi camino.
TAnA!! - continuaba caminando.
TANaAAa!!! -con aire de preocupación entonces pregunté: Perdón, ¡¿es a mi?!
Y recordé aquellas fantásticas palabras, las que me decían a carcajadas: Contesta, Contesta con Sentido, Contesta con Sentido del Humor!!! Escoge entre el humor la mejor opción. Si lo eliges bien puede ayudarte. Por el contrario, si no lo haces de forma adecuada, puede que no sientas más que rabia e indignación.
Así que estaba decidida a pasar un buen rato. Y busqué en mi aquellas palabras pronunciadas en aquellas bocas ajenas. Aquéllas que, NO negaré, me hicieron tanto daño al presentarse.
Y las busqué quizás un pelín desesperada por la sorpresa. Realicé un verdadero esfuerzo por encontrármelas. Busqué en lugares difíciles: debajo del sobaco, entre los dedos de los pies, detrás de las orejas, en la parte muy trasera del pantalón también... busqué incluso entre cada uno de mis cabellos con paciencia, com mucha tranquilidad. Pero nada, no hubo manera. A pesar de mi gran esfuerzo, lo prometo, no aparecieron. Quizás... es que NO estaban en mi!!! Aquellas palabras traviesas NO me pertenecían!!!
Así que una vez llegada a esta inteligente conclusión, las miré con una nueva ilusión. Miré con elegancia aquel pack de dos, madre e hija, que esperaban ansiosas un respuesta pronunciada en mis labios. Y las contesté, por supuesto, pero no sin antes dedicarles una gran sonrisa. Porque SÍ, porque valía la pena hacerla después de reconocerlas tantos años llevando aquel peso tan grande. Tantos días, con sus soles y sus lunas, uno detrás de otro, especulando, haciendo un laborioso y escrupuloso trabajo de investigación... pobrecillas! Y seguía sonriéndolas...
Y, por fin, llegó mi respuesta:
Increible (T)AnA!!!! Al final, lo conseguiste!!!!!
Y ya está. SE ACABÓ. FIN.
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