martes, 15 de julio de 2014

Nadie se hizo sabio por casualidad

La sabiduría no nos viene dada, sino que debemos descubrirla por nosotros mismos después de un viaje que nadie puede ahorrarnos o hacer por nosotros.  


Me encuentro reflexionando sobre esta idea, pensativa, ensimismada y distrayendo la mente para no pasar página. Tras la lectura de unos cuantos capítulos sobre lo que este autor  da a conocer como sus 30 "S" mágicas, me detengo en la "S" mágica  de SABIO...  

Dícese de sabio aquél que atesora conocimiento, pero cuanto de este ingrediente ha de ser necesario para ser considerado como tal? ... A voz de pronto se me ocurre esta  pregunta y seguro que algunas más que le precedirán. De momento, para volar sin tener que gatear ni que sea un poquito uno ya tiene que ser un poquito sabio. Sugerente, por cierto,  el título en cuestión: Si puedes volar; por qué gatear (Bernabé Tierno)

miércoles, 2 de julio de 2014

Que el silencio te haga fuerte.

Que las estrellas se lleven tu tristeza. Que las flores llenen tu corazón de belleza. Que la esperanza limpie tus lágrimas, y sobretodo, que el silencio te haga fuerte.

 Pídeme que me calle. Es lo que deberíamos decir, quizás, cuando hablamos demasiado sin que se nos haya pedido la palabra expresamente. Cuando al escuchar al que se expresa nos vienen ciertas ganas de intervenir interesadamente puede ocurrir que, si las condiciones no son las necesarias, es decir, que si cuando me expreso siempre es mejor "lo mío" y no cabe en la definición ni un ápice de pluralidad y respeto a diversas opiniones "fuera de mi lugar", el resultado siempre augmenta la angustia de la persona que todavía no sabe integrar una propuesta diferente, un color diferente al que él o ella ha escogido. Como no hay otra visión que la única que se ve, el berrinche no deseado siempre llega. Así que me recomiendo una opción posible para estos casos: la escucha activa y el silencio.