TROCITOS DE MI

TROCITOS DE MI es mi diario de viaje.

De cuando decidí escribir hasta agotarme en palabras y las lágrimas brotaban sin vergüenza, presumiendo ante la abundancia de su líquido.

De cuando mi corazón se dividió en trocitos, tan pequeños tan pequeñitos, que apenas podían cogerse y volverse a juntar.

De cuando me encontré perdida, en medio de un mar de dudas, rumbo hacia un posible lugar aún no inventado.

De cuando era yo más alta y más grande porque me corté el pelo y sentí que, por estar diferente, deboraba un pedacito más de mundo.

De cuando me levantaba con la incertidumbre de saber qué era sueño y qué realidad, porque el destino tenía ganas de reír y a mi no me apetecía.

De cuando mi Cuento de Hadas se quedó sin palabras para escribir un final, aquél que quería mi princesa.

De cuando me encontré, sentada, frente a mi misma y mi alma desnuda, abandonada en una habitación vacía.

De cuando todos los QuiZás posibles me acompañaban y me invitaban a la soledad y la distancia.

De cuando pasaba el tiempo construyendo ilusiones, tan grandes y altas, que acabarían por derrumbarse con rapidez.

De cuando el miedo me enseñó a perder algo que, en realidad, nunca había poseido.

De cuando me imaginé pequeña, como una ridícula pelota redondita, ligera y juguetona, que destinada a golpes de raqueta secos y rápidos creía vivir feliz.

De cuando me preguntaba por qué los domingos me volvían melancólica y acumulaban una tristeza inesperada.

De cuando me invadía la sensación de que las cosas se acababan una vez para volver a empezar de nuevo y ese Volver a Empezar era comparable a como me sentía.

De cuando tuve que aceptar la despedida y seguir caminando hacia un nuevo encuentro con fortaleza y serenidad.

De cuando me descubrí que no era la mitad de nada en busca de otra mitad para ser YO entera, porque ya lo era de aquella manera.

De cuando alguién especial me enseñó doce maneras de seguir sonriendo porque, al fin y al cabo, la vida continuaba siendo hermosa.

De cuando descubrí nuevos sueños y esperanzas, tiernas miradas y dulces besos; de ser los dos uno, pero juntos.

De cuando empecé a despertar de un sueño dormido, en el que reconocí todo lo que perdí y también todo lo que gané.

De cuando entendí que, mis recuerdos, podían ser la luz de mi pasado que iluminaban un momento mi presente.

De cuando logré enseñar, pero también aprender algo al mismo tiempo.

TROCITOS DE MI fue un viaje que escribí en mi diario.