sábado, 13 de octubre de 2012

Cachitos

En un lugar llamado Cachitos todos los momentos más íntimos se reunían seducidos por la infinidad de infusiones y té.

De té y infusiones había para todo tipo de paladares: desde los más conformistas hasta los más exigentes y exquisitos. Té para levantar el ánimo en estados de tristeza más profunda, o quizás un poco más leve. También los había para estados transitorios de cansancio con componentes que, bien mezclados, diesen con la fórmula de la vitalidad. Para resolver las propias historias de amor, con ingredientes dulces y cariñosos.

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