viernes, 15 de febrero de 2013

Darse cuenta...

... de cómo la HABILIDAD se divierte con la INOCENCIA es un proceso que regala algunas lágrimas, pero que también ayuda a caminar más ligero.

Sin darte cuenta, te conviertes en un descubridor de intenciones (buenas o quizá no tanto), tan sólo observando. Aprendes a diferenciar entre sonrisas que posiblemente ya no te hagan gracia.

Entonces te descubres escogiendo las palabras. De manera minuciosa, las vistes de lo imprescindible o las despojas con prisa de lo innecesario. El recorrido será el mismo...

Y continuas el camino con la PICARDÍA de un niño que se siente feliz simplemente por saberse que está jugando. Nada más, ni nada menos.


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