No voy a perder el tiempo con nadie
que no quiera perderlo conmigo.
Estas son las palabras que se encontró escondidas debajo de la almohada. Las había estado buscando hacía rato y no se esperaba que fueran palabras para ir a dormir. Creía que se las encontraría a lo largo del día en cualquier otro rincón de la casa. Pero no. Ahí estaban ordenadas, entre los sueños, perezosas y un poco tristes, pero con las ideas muy claras. Las recogió con cariño y las envolvió en un paño de lágrimas para que se dispersaran entre un mar de recuerdos pasados y dejaran de existir en su presente. No había otra manera. Éste volvía a ser el nuevo sendero. Y lo demás, la palabra fácil de encontrar, sólo significaba perderse en un sin sentido, tonto, ridículo y payaso.
A partir de este momento disfrutaría de su silencio. Quién quisiera conocerla tendría que descifrar las palabras que se escondían en él.
Y sin palabras que buscar, se acostó tarareando una nueva canción de buenas noches.
I will wait. Mumford and sons.
Tiene toda la lógica del mundo, claro que sí, la frase inicial.
ResponderEliminarPor algun lugar hay que empezar. Besitos
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