sábado, 8 de noviembre de 2014

La forma es al cuerpo...


Seamos optimistas; supongamos que usted sufre, que sabe, además, que sufre...

"Admitamos que sufro; según usted, ¿Cómo debo atacar el mal?"

No ataque, podría lesionarse. La víctima es usted. El agresor es usted. El campo de batalla es también usted; su voz ordena el asalto y el resto obedece: mentón erguido, respiración agitada y dedos de los pies apretados, amenazando atravesar su calzado.

Usted dice que lucha para tener un lugar bajo el sol, para conservarlo, para estar en forma para luchar; también lucha, aunque sin vanagloriarse puesto que no lo sabe, para respirar, para dormir, para no dormir, para sostenerse sobre los pies, para todos los actos naturales de la vida, para actos que se cumplirían mucho mejor, en paz.

Las estaciones del cuerpo. Thérèse Bertherat.

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