viernes, 2 de noviembre de 2012

APEGO

 "Un hombre que iba caminando por la calle vio a una mujer que gateaba lentamente sobre el césped, debajo de una farola. Intrigado por lo que esta mujer hacía, se le acercó con la intención de ayudarla y les preguntó: -¿Señora, qué le ha sucedido? ¿Necesita ayuda?-. -Sí, muchas gracias-replicó ella-. Estoy buscando las llaves de mi casa-. Él, muy atento y servicial, la ayudó a buscar las llaves, aunque finalmente no las encontraron. El señor le preguntó a la señora: -¿Está segura de que se le han caído aquí? ¿Tiene usted idea de dónde las ha dejado?-. La señora le contestó: -Sí, por supuesto, las llaves se me han caído en la calle de enfrente-.Sorprendido, el hombré le preguntó: -Se puede saber, entonces, por qué las está buscando aquí, en lugar de estar buscándolas allí?-. Y la mujer le respondió: -Las busco aquí porque hay más luz, conozco mejor este lugar y además es mucho más cómodo-."


El APEGO se nutre del miedo y estos miedos son el origen de todo el sufrimiento humano.


"En una ocasión, cuatro semillas fueron arrojadas en un sitio muy rocoso e inhóspito, donde el viento, el sol, la lluvia y las tormentas eran muy fuertes. Dos de ellas creyeron que si se quedaban quietas dentro de su caparazón, estarían muy bien protegidas y cómodas, ya que no tendrían que sufrir las inclemencias del tiempo; las otras dos decidieron enterrarse en la oscuridad, sin importar el frío, la humedad y el miedo que tuvieran que soportar con tal de llegar a ser lo que estaban destinadas a ser. Las dos primeras semillas, con el tiempo, poco a poco se fueron resquebrajando, agrietando y secando, mientras que envidiosas miraban a sus dos amigas, que se convirtieron en dos hermosas plantas, llenas de flores que, con su aroma, fragancia y dulzura, inundaron el campo. Ellas veían cómo sus compañeras se abrazaban y danzaban felices con el viento, el aire y el sol, y sentían gran tristeza al ver que por miedo, simplemente, se limitaron a sobrevivir dentro de una cáscara, sin disfrutar de toda la magia, el color, la belleza y la vida que se les había brindado."


El AMOR VERDADERO está basado en la confianza, en el respeto a la libertad y autonomía del otro; no manipula ni controla, simplemente aporta e inspira a compartir nuestra vida con el ser que amamos.



Te amo... pero soy feliz sin ti.
Cómo vivir libremente, sin apegos y sin miedos. Jaime Jaramillo.




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