martes, 10 de septiembre de 2013

Diario de vacaciones VIII


CUANDO TE DESCUBRAS, VOLARÁS MUY ALTO

Día 8: 


Hoy deseaba pasar un día de vacaciones creativo, así que me he puesto manos a la obra. Después de una ducha relajante a base de sales minerales y burbujas de colores, he desayunado lo de siempre pero con  una cucharadita más de imaginación. Estaba tan rico así que me he quedado con ganas de echarle unas cuantas cucharadas más a la leche!

He salido a la calle y me ha vuelto a sorprender la cantidad de prisa que la gente lleva cargada a sus espaldas en estas primeras horas de rayos de sol y gotas de rocío. Reconozco que me he asustado un poco, de la cantidad y de la prisa, y que me he sentido como un caracol aturdido entre tanto correcaminos suelto. Confío que lo he visto así porque tengo el tiempo más libre. No lo sé.

A media mañana me he apuntado a un Taller de Restauración de Libros. Ha sido entretenido, aunque también un poco cansado, supongo que por el proceso de cortar y enganchar celo contínuamente. La mayoría de libros estaban tan desgastados por el uso que han requerido una reparación exhaustiva. Así que los he cogido uno por uno y les he ido colocando un trozo de precinto grande en diagonal y otro en vertical. He cortado trocitos también para las esquinas y para pequeños rincones sin importancia. Al final, han quedado bastante bien.

Después, me han repartido unas etiquetas y es cuando me he enterado que cada libro tiene su dueño. He puesto los nombres con delicadeza en la portada y les he deseado mucha suerte en este nuevo curso.



Por la tarde tenía intención de ir al cine pero al final lo he dejado para otro momento. Me he encontrado con la directora del centro lúdico y me ha comentado que hacían una especie de charla entre los miembros de un grupo que se hacen llamar Consejo Escolar. Me ha invitado y he aceptado amablemente a quedarme. Al principio pensaba que se trataba de dar consejo gratuito para mejorar alguna cosa pero, al acabar, he descubierto que en realidad era un tema bastante más profundo y que los consejos siempre es mejor no tomarlos a la ligera: es mejor darlos sólo en el caso necesario que te los pidan. 

Agotada, he decidido que me iría a dormir temprano.


 

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